Y aquí nos tenéis cerca del famoso acueducto. Como estábamos muy guapos (como de costumbre), decidimos inmortalizar el acontecimiento. Le pedimos a una simpática lugareña que nos sacara una foto. Ante los gestos de esfuerzo que ponía la señora, Karakola le dijo que "no hacía falta que nos sacara de cuerpo entero". Entonces la señora, relajó el gesto y nos sacó la siguiente instantánea:

Seguiremos informando, si no nos atacan los pingüinos antes.
jajajajaja estáis guapisimos
ResponderEliminarjajajajaja estáis guapisimos
ResponderEliminarA mi no me la dais.. es una dramatización
ResponderEliminarDramatización es lo que hay aquí en Segovia. Mucho cochinillo y poco sentido común :)
ResponderEliminarSiempre me ha intrigado la forma en que rompen la columna vertebral al cochinillo en los asadores segovianos rollo Cándido, aunque debido al elevado precio cuándo visité la ciudad tampoco realicé trabajo de campo.
ResponderEliminarMerecu y Karakola: He conseguido colocar un traductor en mi blog para leerlo en castellano, así podréis ir un poco más ligeros de equipaje. No he podido poner uno al asturiano, aunque me gustaria :)
Merucu, lapsus
ResponderEliminarNo te preocupes Tondo Rotondo, yo te leo al natural, aunque me estruje un poco, porque ya se sabe que con las traduciones se pierde mucho ;)
ResponderEliminarun besazo
Lo de romper la columna al cochino es como las películas de Karate Kimura. El "maestro asador" se hace con un plato llano y lo levanta y murmurando un Haiku oriental le mete un tajo longitudinal paralelo a la columna.
ResponderEliminarPosteriormente y ante el alborozo de los comensales efectúa un giro de muñeca de 90º y le aprieta dos katas más.
Total, que en vez de tanta parafernalia, si se hace con un cortapizzas de estos con rueda dentada lo hace antes y sin salpicar, pero así es el show business.