Fue un día completito. Nada más llegar a Gran Vía 32, nos vimos en la circunstancia de que no estabamos en la lista de público con lo que estábamos fuera del show. Higinio empezó a comerles la oreja a los de seguridad; que todo hay que decirlo, qué labia tenían. "Que si por ellos fuera," "que no es cosa suya..."

Al final nos dieron el número de teléfono de deportes y acabé hablando con el mismísimo Jorge Hevia; persona amable y accesible, que por si no lo sabes es el productor de Carrusel. Nada más explicarle la situación, nos reconoció que había mucho traspaleo de emails y que enseguida avisaba a los de seguridad.
Dicho y hecho; en un periquete nos acreditaron y empezamos a vagar por las entrañas del edificio rumbo a la octava planta donde se emite el programa.
Higinio, que es perro viejo, venía acompañado de una figura de colofonia, típica de su pueblo, Zarzuela del Pinar y que a la postre le abriría una nueva puerta de camino al éxito.
El estudio estaba hasta los topes; 22 grados y mucho calor humano para arropar a todo el equipo: Paco González a los mandos, Pepe Domingo Castaño con su micrófono de oro a la publicidad, Jorge Armenteros en la animación y Hevia a todo lo humanamente posible.

6 televisores, moqueta, decenas de sillas y hasta un piano de cola. Lo que haga falta para que el mayor espectáculo de la radio deportiva vaya sobre ruedas. Y lo pasamos muy bien; al principio en silencio, pero luego acompañado a voces las cuñas del Talonario, del Cemento, la de Correos...
Pero la cosa se desmadró cuando en un receso publicitario, Higinio le comentó a Pepe que le había traído un obsequio. En un periquete le tenían sentado en la mesa, flanqueado por Armenteros. Pepe, que es perro viejo, le llevó a la mesa un rato antes de que le tocara intervenir, para que perdiera el miedo escénico, que como pudimos observar, era mucho.
Higinio estaba abrumado de papeles, micrófonos, luces y sonidos; pero en unos minutos ya nos sonreía desde la mesa.

Queda claro para próximas visitas, que les hace mucha ilusión que les llevemos cosas, pero más si cabe si son comestibles. Otro grupo les acercó una caja de mantecados y la fiesta gastronómica que se preparó fue de aupa. También hay que apuntar que desde nuestra última visita hasta ese día, se les ve a algunos de buen año.
Para terminar, al acabar el Madrid-Nastic, nos faltaba la firma de Pepe Domingo en dos ejemplares de su libro, que gustoso firmó a Juan y a Chuchi.

Si es que hasta para las delicatessen tiene arte; este de aquí a unos años salta a la fama. Tiempo al tiempo ;)
2 comentarios:
que guay estar en un programa de radio, ahí si que hubiera dao yo el cante que no se ni lo que es un penalti......
Muy buena radio!
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