Este mes salió en la prensa que la constructora Los Alamos va a construir en el barrio de Roces de Gijón dos torres de viviendas de 97'5 metros. Si vistas el link anterior podrás ver un vídeo en el que aparece una recreación de las dos torres que recuerdan a la puerta negra de Mordor.
Ya para más descojone te lo venden como que evocan al Elogio del Horizonte. Sisisi al Elogio, eso sí, en la zona rural y con una altura de noventaipico de metros. Desde luego intentar vender mierda poniéndole un lazo es una labor para la que hay gente que parece que tiene talento natural. Ante el rechazo popular, ya se está tachando a los disidentes de aldeanos poco viajados y comparando el hecho con lo que se vivió en París cuando se entamó el barrio de la Defense. Creo que no hace falta comentar nada ante esta clase magistral de comparación.
Lo que a mí ya me deja flaseao es lo que trae hoy El Comercio. Recoge una entrevista del programa "La lupa" de ese mediático canal que no es otro que Canal 10. Ahí tienen una tertulia en la que se arrojan opiniones sobre el crecimiento de la ciudad y para ello cuentan con la presencia de un erudito en la materia, el arquitecto Vicente Díez Faixat.
En un primer momento, y como entre bomberos no se pisan la manguera, defiende el trabajo del arquitecto de las torres, Iñaki Ábalos, no vaya a ser que pueda perder algún tipo de gañote con él o con la constructora. Pero poco después va y suelta la primera perla del magazine:
"Este proyecto está muy bien justificado, porque las torres tienen un uso residencial en una zona que se va a desarrollar próximamente. Además, al igual que el Elogio del Horizonte, el diseño de Ábalos supondrá un hito referencial de la ciudad que se ve desde la lejanía. Las torres pueden marcar el acceso a la ciudad"
Las torres están muy bien justificadas por que tienen uso residencial en una zona de uso residencia; ole, ole y ole. Ya podemos apreciar que don Vicente es un hombre observador y como tal nos arroja el vaticinio de que las torres van a verse desde lejos, marcando el acceso a la ciudad. Hombre, si esto fuera el Pireo y tuviéramos en el siglo IV a.C. pues si que haría falta un par de torres para que la gente viniera al rastro los domingos y no acabara en el mercau de Candás, por ejemplo. Pero hoy en día y sin vistas a poner un aeródromo en Roces que compita con el de la Morgal, igual está de más el argumento.
Su visión a la hora de comparar el Elogio con las torres, siendo él arquitecto, da que pensar. Si bien la escultura de Chillida cuando llegó levantó opiniones diversas, recordemos que mide 10 metros y está situado en un cerro dentro de una zona ajardinada y que fue, supuestamente, ideado para ese lugar. Ahora que me vendan la moto que las torres tienen esa forma y esa altura porque al arquitecto se lo pide el barrio Roces con sólo mirarlo. Que misterioso es el mundo de los espacios.
Pero aún quedaba el plato fuerte de la tertulia y en el que don Vicente resume en pocas palabras los conceptos de diversión y aburrimiento; vean:
"Lo que se trata es de hacer una ciudad viva. Construir un edificio de siete pisos es una opción bastante cómoda, pero si toda la ciudad se basa en manzanas cerradas con edificios bajos queda una ciudad bastante aburrida"
Diga usted que sí, don Vicente, que donde esté la diversión que hay en El Muro por ejemplo, con esa sombra tan prestosa en noviembre, que se quite la alegría de las ciudades que no sufrieron la especulación y que gozan de barrios enteros de casas de 3 plantas con jardín. Por si fuera poco ejemplo que la altura da la alegría, tenemos la ciudad de Benidorm. ¿Dónde van los jubilados a arrimar cebolla y a jugar al bingo, a Cuérigo o a Benidorm? Si es que el que no lo quiere ver es porque no tiene ojos. ¿Cómo esta Romay todo el día? Pues medio emporrao, pero se le ve contento. Por el contrario tenemos a Angel Cristo que cuanto más mengua menos le apetece jugar con los gatos.
Como buen tertuliano don Vicente sabe que para convencer al indeciso hay que acercarse a él, mostrando tanto capacitación profesional como estar al día del lenguaje de la calle y, de nuevo, el programa de "La Lupa" cuenta con un maestro. Vean que reflexión más campechana sobre la reticencia a las alturas del populacho:
"La posibilidad de que se estropee el ascensor y haya que subir andando 26 pisos cada vez es menor."
Si es que a los detractores de los "hitos urbanísticos" cada vez nos quedan menos disculpas. El terrible impacto visual ahora es visto por los arquitectos como "alegría urbana" y el miedo a pensar cómo llegarán los bomberos a la planta 27 con la escalera que tienen los camiones actuales se ve compensada con la garantía de que los ascensores casi no se averían.
Lo que no comentó don Vicente es que al ser de promoción libre, estas monadas andarán por los 3000 euros el metro cuadrado en Roces, que no es precisamente la Calle de los Moros. A ver si dentro de diez años se dan cuenta que quedaron pelín altas y empezamos como lo del Muro, a acristalar o a pensar en tirar un par de plantas.
La noticia viene hoy en El Comercio
viernes, noviembre 28
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