viernes, febrero 20

Se detiene a una ladrona en Gijón

María Felicidad, Feli de 56 años, de profesión ama de casa y pufista a tiempo parcial. Acaba de introducirse en el mundo del hurto a baja escala y piensa dedicarse a tiempo completo viendo el rendimiento que le esta dando.

El modus operandi de nuestra Feli es el siguiente, madruga un poco y baja a la calle Corrida y toma un cortado en esas elegantes cafeterías de nombres americanos que pueblan esta magna avenida. Después de leer el Comercio, empieza a patrullar los exteriores de las sucursales bancarias de la zona.

No pienses que Feli va a entrar al asalto, porque ella no es mujer de ese tipo de acción. Ve, de pronto, a las puertas de la Caja salir un jubilado con chaqueta granate y que guarda en el bolsillo una cartera gastada en la que suponemos que irá la paga mensual.

Feli acelera el paso y a unos metros de su víctima, levanta los brazos y empieza a dar saltinos. Saltinos y voces, por supuesto, pero al jubilao son los brincoss lo que i-llama la atención porque el escote que lleva Feli, ye un espectáculo digno de ver. En cuanto se da cuenta el paisano, Feli ta abrazándolu efusivamente, contandoi que son amigos de la infancia, que si ta muy guapu, que si ella nun ta tan guapa como él, que si de nenos a ella i-gustaba...
Los abrazos de la paisana

La situación llega al extremo en el que Feli, échai mano al paquete al jubilao, momento en el cual, con el otro brazo, sustrae cartera y la paga. Mientras el hombrecillo, sintiendo en su ingle lo más parecido a una fiesta, permanece ajeno al engaño, fantaseando con su antigua compañera de escuela.

Pero en breves momentos, Feli suelta la pirula, da un paso para atrás, escruta a paisano y finge haberse equivocado de persona, partiendo a buen paso a continuación. Cuando nuestra víctima quiere darse cuenta tiene un conato de erección y la paga de esti mes perdida.

Pues bien, que sepáis que ayer trincaron a Feli. Nuevamente un caso más en el que la gente competente de esti país en vez de aprovechar esi don que tienen, dedicanse al robo.

Sal hoy en El Comercio

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