miércoles, septiembre 21

Los arquitectos son unos cachondos

Si te dicen que la gente que se mete a hacer Teleco o Industriales queda mermada psíquica y/o físicamente (vease calvicie, lagunas, friquismo), pues tu dile que conoces otra carrera en la que quedas de la cabeza bastante peor; y es Arquitectura.
Y es que no hay fallo. Tu hablas con alguien antes de entrar en la escuela, y es una persona normal, con sus tara genéticas, pero normal. Pero, ¡ay amiguín!, na más acabar el primer año tu ya le notas como que habla raro. Cuando te enseña dibujos que hizo en la escuela y le dices que no los entiendes el ya te suelta cosas como "no ves los espacios" o "hay que relacionar el espacio-papel con la realidad".
Inicialmente tu piensas que tras los exámenes, y en estados carenciales, lo que le pasa a tu amig@ es que necesita ver al mozu/a y tomar un poco de vitaminas, pero no. Con los años se vuelven aún más raros. Para muestra un botón:
Este año en nuestra facultad, los alumnos de último curso de arquitectura organizaron una especia de museo de arquitectura en la iglesia de Santa María la Real (que cae dentro del campus). Pues Chuchi y un servidor fuimos a visitarla y nos topamos con esto:
  • Lo primero que veias era una sala a oscuras total. Te sentabas en penumbra y la que te señaba el tema te decía que en la pered que teníamos a nuestra espalda habían hecho un agujero. Total que entraba luz por el agujero y hacía el efecto de cámara de fotos y se reflejaba la imagen al reves en la pared de enfrente. Cojonudo ¿Y QUÉ? La tía no supo explicar el fin último del experimento. Decía que veíamos la realidad al revés. La cosa prometía.
  • Después nos meten en un supuesto piso de 30m2 para que veamos su habitabilidad. Esto fue lo único que aprovechamos de la visita. Además cuando vimos aquello el tema estaba en el candelero. Certificamos que en 30m2 se vive agusto.
  • Esto ya fue de traca. Luego nos pasaron a una sala en la que nos clavaron un video de sus 15 minutos con musica de esa que ponen en Stradivarius pa que compres rápido de un tío (que luego vimos haciendo performances más adelante), en una nave industrial. Camina palante, camina patrás, efectos de Fotochop, desaparece el fondo, aparece otra vez. Porque nos observaban dos alumnos que si no prendemos fuego a todo.
  • Entramos en la nave central. Tras ver un diorama de Le Corbusier, vemos una lámpara que cuelga del techo de la nave de la iglesia que para explicarlo fácil os dire que es una bombilla roja y alrededor una maraña enorme de alambre. El artista que nos enseña eso nos dice que eso representa el vuelo de una mosca. Aro y luego la vendían en 12mil eypos. Pago yo.
  • A un lao tenemos un mural tamaño king-size de un pintor local con una perspectiva de estas que dibujamos con 15 años de dos railes del tren que se juntan en el infinito. Nos cuentan que muestra la cercanía del infinito en lo cotidiano. Se nos escapaba la risa, oiga.
  • Ya para rematar habían pintado en un retablo con pintura blanca unas rayas. Total que si te ponías en cierta posición veías un cubo. (Chuchi decía que si eso traía el unos sprays de casa y lo dejábamos nostros realmente impactante).
  • Como espectáculo final nos meten en otro cuarto oscuro y de la misma manera que al principio vemos reflejado una estancia al reves (el suelo en el techo). Cuando nos adaptamos a la oscuridad aparece el tramoyista de antes y empieza a hacer que salta de silla en silla jugueteando con el efecto inverso. Francamente amigos, aquello daba pena. Parecía de la Fura o algo de esto muy profundo, pero en precario. Faltaba el Take on me de Aha sonando.
  • Al acabar te preguntaban que qué sensaciones te daba el show. Nos dieron ganas de decirlo pero por no montar una humillación a gran escala asentimos con la cabeza y huímos.
Toda esta chapa para qué. Pues para demostrar que la carrera de arquitectura transforma la gente en iluminaos que cosas que el resto no vemos. Estilo al Iker Jiménez pero con caché. Lo malo es que esa gente es la que luego diseña donde te sientas, donde vives e incluso donde cagas.
Ahora flipar con lo que se les acaba de ocurrir a unos arquitectos de las Vegas para montar un museo en el cañón del colorado:

No tiene desperdicio el mirador con suelo transparente "para ver mejor el vacío". A ver colega, si ya da pánico algún mirador que otro de estos de sueño de rejilla que ponen en los picos de Europa, uno con suelo transparente va a tener tanto éxito como el nuevo circo de Angel Cristo alias "Golum".
Además luego son unos vagos y no van a las obras no vaya a ser que se mache el artista. Y que coño, no es sitio para el arquitecto el estar rodeado del vulgo, gente que suda, bocadillos de tortilla, mahous y cosas de ese estilo.
Habrá de todo, pero yo de estos conozco muchos.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

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