Se escurre el verano

La naturaleza mandando indirectas es única. Vean si no la siguiente instantánea:

Aunque no se vea al fondo está la Universidad Laboral de Gijón; no se ve porque hoy está cayendo agua pa aburrir aquí en Asturias. Mi abuela que está en Collanzo, acaba de llamar para verificar que allí en su torreta de vigía también llueve (que ya ves tú, si no es por mi abuela nosotros aquí sin saber el tiempo que hace en Collanzo, a la sopa boba, sin ver el peligro).
Pues va a ser que es verdad, que se acaba el verano. Uno se resiste a admitirlo; ignora que a están aquí los corty-coles, los peques llorando por la calle porque llega la hora de volver al cole y los padres al mismo tiempo se alegran... la misma cantinela de todos los años. Los kioskos a robosar de cartones tamaño A2 con colecciones tan útiles y/o educativas como "Recree la batalla de Waterloo con muñecos de plomo", "La energía de las piedras", "Juguetes de antaño", "Tanquetas de la guerra del 14" y demás series de precio cautivador en la primera entrega.
Empieza la gente a decir que se mete en el gimnasio, que si no llego a fin de mes por los gastos del verano, que si está todo muy seco, que si la abuela fuma. En definitiva, acabose el bikini y lo que ello conlleva. Ale, ir revolviendo por el armario a ver si están las katiuskas y el chubasquero que empieza la época de pisar charcos y chiscar a las señoras con el coche.