Aguantas en la cama lo más posible, pero toca reptar a la cocina, poner los Simpsons e improvisar algo para comer. Tapetece un Pote o algo así pero no hay ingredientes ni ánimo suficuente para preparar semejante banquete.
Te decantas por el arroz blanco y unas pechugas a ver si calman esa lavadora que tienes por barriga. De camino a la cocina pasas por el baño. Miradita de arriba abajo. Pelo a lo afro, legañas, un güeyu más abiertu que el otru...
Vacías el tanque y llegas a la cocina y de pronto te agarras al alicatado, porque notas que te flaquean las piernas. Lo habías aplazado, lo habías prometido, AYER TENÍAS QUE FREGAR.

La roña abandona nuestra vida, por lo menos hasta que lleguen los exámenes. La duda que tenía era como acabar con la grasa que rodea la cocina.

Además, si hay grasa ahí, en la ropa debemos de llevar impregado otro tanto. Igual por eso se explica nuestro bajón de popularidad entre el género femenino últimamente. Aunque mi credibilidad esté por los suelos, puedo afirmar que los círculos que rodean a los hornillos a lo cara de Bélmez estaban ahí antes de llegar nosotros y que no se van ni con un desengrasante que al inalarlo causa la paralisis facial que compramos en el Eroski.
Lo dicho, no te abandones y mantén limpio tu kabash, tu ropita y tus cacerolas y hornillos. Pórtate bien.
4 comentarios:
8-O
Mi madre!!!!!
Eso va a ser que en esi pisu hay algo como un polstergeis o como se llame que vos llena de mierda el fregaderu pela noche, porque ya ves que a las antiguas mozas que vivian ahi ( si home , las gochas)- yos pasaba lo mismu
Si se está insinuando que somos mas gochos que las que vivían antes no puedo más que indignarme por la insinuación...
xD
..... sin palabras. Y luego dice Chuchi q no come sano. Hasta una lechuga lavada engorda en esa cocina. Preferiría no haberlo visto...
Tengo miedo!
Publicar un comentario