martes, febrero 10

El declive de una marca

Hay marcas que en un determinado momento de su vida deciden apostar por diversificar y así intentar acercarse al consumidos a través de distintos flancos y una de estas marcas que optó por el marketing disuasorio fue Camel, la marca de cigarrillos, allá por los años 90.

La marca del camello esa que todo lo que tocaba lo teñía de amarillo. Desde el malogrado Ayrton Senna a bordo de un Lotus F1, las motos y como no, el Camel Trophy. La considerada como 'última aventura' en la que un puñado de hombres a bordo de Land Rovers se embarcaban en la tarea de recorrer 1000 millas por terrenos ignotos.

A raíz de la popularidad de este evento, surgieron multitud de elementos de merchandising para que los que, quedaban en tierra sin poder realizar tan magna exploración, al menos tuvieran la oportunidad de vestir como auténticos dandys coloniales. De ahí salieron relojes Camel, ropa, calzado, juguetes y un largo etcétera. Productos que sirvieron para aumentar la caja de los dueños de la tabacalera.

Esto funcionó hasta el año 2000, que fue el año del último Camel Trophy. La empresa patrocinadora se bajaba del barco aduciendo, como no, problemas económicos. La aventura pasaba de moda, y con ella la rama de productos textiles y complementos.

Pues bien, los recortes parece ser que durante estos últimos años han hecho mella en la marca del camello. El fumar empieza a no estar relacionado con la aventura precisamente sino con el cancer y demás úlceras sangrantes con lo que las ventas caen y caen.

Una nueva generación se encuentra ahora al mando de la empresa tabacalera y parece ser que este año, vuelven a intentar relanzar la campaña de productos ajenos al tabaco para volver a conquistar el mercado. No obstante, parece ser que los herederos han optado por otro objetivo, y esta vez pasan de la aventura a los productos de primera necesidad:
El declive de una marca ligada a la aventura

Terrorífico testimonio que nos manda LuisJa. Ahí lo tenéis, lo último de Camel: una lejía anti-microbiana. Vemos que han optado por traducir la marca para llegar a la ama de casa septuagenaria, pero las señas de identidad son claras.

No obstante no puedo evitar un sentimiento de lástima al contemplar tan torpe intento. Mismamente el uso del término 'microbio', que aunque con validez científica, le confiere un aire casposo y de producto de bazar.

La foto fue tomada en una drogería de Lugones, donde esta semana se hizo la presentación a nivel mundial del producto. Lo que son los tiempos, antes cuando Camel cerraba al Palace en Madrid para presentar un reloj de pulsera, ahora opta por el escaparate de una digna, pero nada estilosa, droguería de Lugones para su vuelta al mundo de la aventura.

No somos nadie, pero el camello menos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

jajaja digna pero nada estilosa xDDD

Merucu dijo...

Lo peor ye que la lejía esa existe y debe ser producto regional :D

Anónimo dijo...

Debería informarse mejor y no cunfundir a la opinión pública. Esta lejía pertenece al grupo Asturquimia, una de las empresa smás importantes de España en productos de limpieza.
En la propia página web de la empresa podrá comprobar como es un logo registrado y anterior al logo de la otra empresa. Antes de colgar su próximo ejemplo de periodismo de investigación, demuestre a su distinguido público algo de inteligencia.