Fin de año.
Hoy quien más quien menos tiene otro evento social en su calendario personal. Una vez superada la a veces tensa cena de nochebuena y su inseparable compañera, la fartante comida de navidad hoy toca la cena de fin de año aderezada con la celebración ulterior.
Como vemos un mínimo de tres ingestas cada una con sus aspectos que las hacen únicas. La de hoy viene marcada por lo propósitos. Cual extrema unción, alguna gente ve que se le escapa el año entre los dedos y haciendo un rápido repaso a su vida se da cuenta que no ha progresado nada o casi nada dentro de los cánones que rigen hoy en día, porque evidentemente lo de aguantar la meada o lo de pasar la semana aquella en el pueblo sin duchar no son precisamente logros sociales.
Total, que toca plantearse enmendar el rumbo y hacer algo de provecho para el año entrante. No soy muy partidario de prometerme a mi mismo nada en esas fechas y menos en fin de año que con un par de copas de más uno puede llegar a afirmar casi cualquier cosa, pero lo que ya no trago es que la gente te haga partícipe de su autoengaño.
Porque ese es el problema, no pueden hacer una nota mental y el día 1 ponerse a hacer 200 abdominales no, encima tienen que contarlo en voz alta. Y francamente, que una persona que tiene un 100 pipers en una mano, un Chester en la otra, una lorcica incipiente y un ojo más abierto que otro te jure y perjure que el día dos se apunta al gimnasio Azteca, hace que a uno se le vengan a la cabeza imágenes de políticos en plena campaña electoral.
Además no se contentan con prometer una cosa, por ejemplo "este año voy a aprender inglés". Siendo ya de por si una tarea cojonuda, más cuando la que la promete tiene un paladar así recogido y que se va a pasar tres meses diciendo Jau-du-yu-dú a todo quisqui por la calle, la gente coge marcheta y se lanza. Tras anunciar lo de los idiomas te dicen que van a viajar más, a dejar de fumar, a incluso a meter Linux.
¿Qué debes de hacer si eres testigo de semejante hemorragia de buenos propósitos? si estás pensando en abrir tu corazón y soltar los tuyos, acabarás haciendo el mismo ridículo abandonando en Febrero el gimnasio, así que para un poco. ¿Te da envidia lo que ves? Es decir, ¿la contemplación de gente que promete apuntarse a cosas juntas te produce desasosiego? ¿te ves fuera una vez más de algo social?
Si tu idea de socializar es apuntarte a Spinning con la pandilla vete quitándotelo de la cabeza. Hazte a la idea que lo del spinning viene siendo como si te soltaran con la bicicleta de ferrote de tu güelu a subir el Mont Ventoux en el Tour de Francia. Y además no vas a adelgazar por ir dos veces por semana; vamos a ver, ¿cuánto hace que no sudas como una gocha tres veces por semana y pagando? ¿qué te va a motivar a ir, por ende, al gimnasio? olvídalo, que eres más de deportes de fondo.
Tómate estas demostraciones públicas de autoengaño como una oportunidad para usar el video del móvil y haz hemeroteca. Que te reciten todo lo que van a hacer, incluso que gesticulen que o cuales aparatos de gimnasio van a castigar. Nunca está de más tener a los cansinos estos bajo video para algún chantaje. Además en cuanto te enteres que cejan en sus propósitos, cuando Manolín vuelva a fumar, cuando la Rocío deje de ir a la Lawton sacas el video.
Así que ale, a portarse regular y cuidado con mezclar que luego se nos hace el Quimicefa en el duodeno.
Feliz año.
miércoles, diciembre 31
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