jueves, octubre 20

Que guarras sois algunas...

Esta la tenía guardada hace tiempo y ayer viendo fotos volvieron a nuestras cabezas los recuerdos de tan aciago día por lo que me veo obligado a recordarlo con vosotros.

Tenemos un piso en régimen de alquiler en la calle de los bares de Segovia. Es un primero todo exterior, techos altos, ventanas de suelo a techo, parquet, un sofá que como calcules mal te amplía la raja de culo y cocina todo confort. Esto es lo bueno; lo malo fue el día que abrimos por primera vez los armarios de la cocina, pero antes un poco de historia del piso.

Las antiguas inquilinas eran estudiantes de arquitectura. Una parejita de mozas. Pues bien, puedo garantizar que eran unas auténticas gochas. Sisisisi, cerdas incluso. ¿Por qué? No se ni por donde empezar:
  • Manchas de sangre en las alfombrillas del baño. Sangre seca, que al menos da idea que no fueron acuchilladas recientemente. No queremos ni imaginar la procedencia de esos restos. Podemos ver a continuación a Chuci instantes antes de introducirse en un armario para atacar a la grasa en su terreno:
  • Pelos estilo liana dentro de la nevera-cajones-lámparas-estantes, adobados con graciosas manchas de grasa. Estas dos ahora deben ser calvas las muy cabronas, porque debemos llevar recolectados 5 ó 6 kilos de restos capilaresy otro tanto de sebo.
  • Congelador lleno de escarcha. Alguno pensará que eso es un mal endémico de las neveras Sí-frost; de acuerdo, la descongelamos y ¡oh, sorpresa! al derretirse el hielo aparece la momia de un sandwich de la época jurásica. Eso sí, parcialmente recubierto de papel albal.
  • La campana o extractor de humos. Partiendo del hecho de que el tubo de extracción de humos no está instalado, me quiero centrar en el detalle del interior (prometo fotografías de su estado). La grasa desciende reptando por la campana hacia los hornillos, con el consiguiente riesgo de hacer fracasar el intento por cocinar. El tema es que hay tanta grasa que hubo que hacer un plan de ataque combinado para hacerse con ella.
  • Ronchas de dudoso origen en las cortinas. Chuchi las llama cariñosamente Las caras de Bélmez, por su forma circular y simpático crecimiento. Esto se lo dejo al Iker Jiménez.
  • Extraña aparición de armas blancas. Al día de hoy tenemos documentado el hallazgo de un cuchillo anti-osos, tres navajas retráctiles y atención, un hacha cortaleña y un cuchillo de 30cm de hoja. En principio pensamos que les gustaba juguetear con cositas afiladas pero claro, al dejarlas en el piso nos decantamos porque tenían pufos a tutiplen y eran para defenderse del casero y/o visitas indeseadas.
  • Parásitos alados y reptantes que brotan por la bañera. Están ahí agazapados y cuando dormimos brotan para intentar hacerse con el control del cuarto húmedo. Podéis verme ataviado con un equipo de protección adecuado instantes antes de arrasar la flora y fauna habitual y hacerla regresar a las profundidades del abismo.
Como se puede comprobar por esta cruda experiencia personal, si bien las mujeres cuando salen de casa salen oliendo mejor y con la ropa más limpia y planchada, el reguero de destrucción, mugre, pudrición y/o heces es inversamente proporcional al que dejamos los hombres; sí dejamos la ropa por el suelo y exprimimos al máximo el uso de la ropa casi limpia pero cuidamos el mobiliario.
Animamos a contar testimonios que nos den o quiten la razón.

6 comentarios:

karakola dijo...

Ese título induce al erró

Merucu dijo...

De error nada; como la vida misma ;)

Anónimo dijo...

Como la aseada de Burguillo, que pa saber si el aceite taba caliente escupia ena sarten.

Anónimo dijo...

doy fe de la mierda del piso en general y del sandwich jurásico en particular, del q me tuve q deshacer con ese maravilloso cuchillo de 30 cm ya q a mi novio aun le daba cosilla.
maravillosas fotos. mejor de lo q prometían.
hasta la próxima pimientada a las 6 de la tarde.besis

Merucu dijo...

Tengo que añadir que acabamos de descubrir una nueva especie de polilla zaína y muy hostil en el ala oeste del chamizo :)

Anónimo dijo...

la semana pasada subi a la cabaña y en el colchon habia un furacu, meti el dedu y mordiome un Liron Caretu con toos los cojones.
Felix rodriguez de la Fuente no me aviso de esos habitats.