Que en Asturias no hay trabajo no es ninguna noticia. Pero que se estimule el autoempleo debería serlo. Y es que parece ser que en una atiborrada Asturias de franquicias alimenticias (pizzas, chino, paella...) en el año 2000 un par de emprendedores decidieron hacerse un hueco para llevarse su trozo de pastel.
Tenemos a Luisa y a Joaquina que rondan los 60 años. Entre cafetín y cafetín en el Dindurra debieron ver como las multinacionales ganaben perres mandando pizzes a domicilio. Y decidieron ponese a trabayar.
Con el apoyo psicológico de Francisco, el marido de Joaquina y les sobrines de ésta, que harían de repartidoras, arrancaba un negocio con gran proyección a la par que innovador.
Así nacía lo que se conocía como
"TELECABALLO" o
"TELEPERICA"Esto no lo decimos nosotros. Lo comentaba el fiscal antical antidroga de Asturias ironizando a la salida del juzgado en una de las sesiones del macrojuicio. Pero volvamos al mundo feliz de Joaquina y Luisa.
Estes dos fueron haciendo cartera de clientes y cuando tocaron techo, servían a 80 pedidos diarios facturando 270.000 pesetes cada día. Pero innovando y mimando al cliente. Que si pedíes el family-chute-pack aparte de jeringa y goma pal brazu, mandábate unos calcetos o una bufada del Sporting. Y pa pedidos importantes iben Joaquina y Luisa a llevatelo a casa y preparábante una performance sobre la droga.
Ya tarda Coppola en filmar el Padrino IV en Asturies. Que tien pa escoger los narcos de Collanzo o la historia familiar de Broadback Mountain de Joaquina y Luisa.
¿Que cómo las trincaron? Pues por lo de siempre, por delegar. Francisco y un sobrín andaben por León con el Supermiriafiori cargau hasta arriba de perico y con gran felicidad y a voces celebraban la compra en un puti de la zona. Y la guardia civil no es boba, amiguinos.
Lo dicho que el que no innova no triunfa. La noticia entera
AQUÍ
Que en Asturias no hay trabajo no es ninguna noticia. Pero que se estimule el autoempleo debería serlo. Y es que parece ser que en una atiborrada Asturias de franquicias alimenticias (pizzas, chino, paella...) en el año 2000 un par de emprendedores decidieron hacerse un hueco para llevarse su trozo de pastel.
Tenemos a Luisa y a Joaquina que rondan los 60 años. Entre cafetín y cafetín en el Dindurra debieron ver como las multinacionales ganaben perres mandando pizzes a domicilio. Y decidieron ponese a trabayar.
Con el apoyo psicológico de Francisco, el marido de Joaquina y les sobrines de ésta, que harían de repartidoras, arrancaba un negocio con gran proyección a la par que innovador.
Así nacía lo que se conocía como
"TELECABALLO" o
"TELEPERICA"Esto no lo decimos nosotros. Lo comentaba el fiscal antical antidroga de Asturias ironizando a la salida del juzgado en una de las sesiones del macrojuicio. Pero volvamos al mundo feliz de Joaquina y Luisa.
Estes dos fueron haciendo cartera de clientes y cuando tocaron techo, servían a 80 pedidos diarios facturando 270.000 pesetes cada día. Pero innovando y mimando al cliente. Que si pedíes el family-chute-pack aparte de jeringa y goma pal brazu, mandábate unos calcetos o una bufada del Sporting. Y pa pedidos importantes iben Joaquina y Luisa a llevatelo a casa y preparábante una performance sobre la droga.
Ya tarda Coppola en filmar el Padrino IV en Asturies. Que tien pa escoger los narcos de Collanzo o la historia familiar de Broadback Mountain de Joaquina y Luisa.
¿Que cómo las trincaron? Pues por lo de siempre, por delegar. Francisco y un sobrín andaben por León con el Supermiriafiori cargau hasta arriba de perico y con gran felicidad y a voces celebraban la compra en un puti de la zona. Y la guardia civil no es boba, amiguinos.
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