La ciencia avanza que es una barbaridad y si no a los hechos me remito. Hablemos del problema de los residuos y de la basura en general. Años a, la gente acopiaba una suerte de heces y basura en unos bañales o cubos y cuando rebosaban lo que se hacía era abrir la ventana y resetearlos alegremente; la calle era la que pagaba nuestro derroche.
Pero los tiempos avanzaron y alguien le dio por separar basura de heces y se creó el saneamiento público. El problema a solucionar era la basura. Se crearon los contenedores. Los habitantes los rellenan diariamente y el consistorio se compromete a vaciarlos seis días a la semana; esto con excepciones como Bélgica, pero eso lo contamos otro día.
A lo que vamos. Que ahora los tiempos cambian y la moda de los contenedores ya no se estila. De los contenedores metálicos se pasó a los de plástico verde, más baratos, pero más fáciles de quemar, total que ahora lo que se hace es enterrar unos contenedores prefabricados de hormigón bajo el firme, que oculta a vista de la vecindad toda la mierda que genera, dando una imagen sana y saludable.
¿Cómo se construyen estos almacenes temporales de ponzoña? Pues de primera mano te lo cuento. Aquí en Segovia en el casco viejo se está acometiendo una sustitución progresiva de los contenedores tradicionales a estos de nueva generación.
Lo primero es meter una retroexcavadora (retro de hacia atrás y excavadora de excavar), que te haga un pozo rectangular de unos 7 metros de largo por 1 y medio de ancho y 3 de profundo. Entibas no vaya a ser que con la lluvia se te venga abajo el tinglao y luego encargas una grúa pluma. Esta grua tiene que levantar un prisma de hormigón de peso acojonante (el contenedor subterráneo) y meterlo en el agujero.
Pues el otro martes nos vimos Chuchi y un servidor de testigos de esta sigular hinca cual pareja de jubilados camino del chigre que paran a ver gente trabajando, que por todos es sabido que relaja mucho. Pues en la calle Donantes estaba una gran grua pluma azul, un encargao y dos ayudantes a pie de tajo.
Observando la maniobra alegremente vimos como el de la grua izaba majestuoso el gran bloque de hormigón y mientras un operario se introducía en el pozo para guiarle en el ascenso y posterior descenso. Es aquí cuando alguien olvidó la tercera ley de Newton:
Cuando un cuerpo ejerce una fuerza sobre otro, éste ejerce sobre el primero una fuerza igual y de sentido opuesto.
Los de mente despejada intuirán a donde queremos llegar. El tema es que el de la grúa puso un contrapeso en la grua hace 6 años y como nunca levantaron nada singular, nadie se acordó de verificar cuanto levanta la grua con ese lastre. Pues os lo digo yo, el cubo ese pesaba
mucho.
Tanto pesaba que la grúa empezó a levantarse por la parte de atras mientras por el otro el brazo con el bloque bajaba a encuentro del suelo. Con gran alborozo al contemplar como una grúa de más de 15 toneladas decidía echar a volar, corrimos como putillas ya que estábamos a lao de algo que tenía pinta de degenerar en necrológica.
Tras correr unos metros de sprint, dimos la vuelta comprobando que gracias a que el hoyo no era muy profundo la grua tras hacer un caballito apretó pal suelo otra vez. Unos momentos de tensión hasta que el encargao verificó que los gachupines se le habían salido del pozo antes del show y tras encender un trujas y silbar una de Mancini, hicieron como si no pasara nada.
Nosotros ciertamente salimos de aquello bastante decepcionados; en parte por cómo trabaja de a ciegas el personal y en parte por que no intentaran comprarnos el silencio o por lo menos un borrado cerebral o algo. Si es que las subcontratas ya no son lo que eran, no.