Bueno, acabose la temporada de exámenes esta tarde con Organización y Control de Obras. Y con los exámenes mi periplo como residente en Segovia.
El viernes hacemos la entrega de poderes a los futuros inquilinos y dejaremos de tener piso en la ciudad del cochinillo. Tres años, tres pisos. Desde el duplex de la calle Santo Domingo de Silos, a éste y por último el triplex de este año.
Lo peor de las mudanzas es la pereza extrema que da guardarlo todo. Y más aún cuando te asombras de que lo que vino en un viaje del coche te lleva ahora lo menos dos para poder llevarlo de vuelta a casa. Tengo para montar un zoco en la parcela. Desde una estantería Billy del Ikea, a una lámpara de lava que pide tierra...
Pero este año uno de mis enseres favoritos va a causar baja: la MESA. Con mayúsculas, porque esta mesa tiene kilómetros ya. Me la regaló una compañera de mi padre cuando tenía 17 años por si algún día me veía estudiando algo de esto; y así fue.
Cuántos kilómetros tiene la jodida. Ya vivió en madrid en dos sitios distintos y ahora en Segovia en otros tres. Pero ya no seguiremos juntos. Tras sopesar su futuro, (le esperaba una estancia indefinida en un trastero), decidí cederla a un nuevo dueño.
Dentro de un rato viene un chaval de La Losa a recogerla. Ya la veo que me mira así con esos ojillos de perro a punto de ser abandonado, pero la estoy convenciendo que es mejor para ella, que le espera una nueva vida.
Además su nuevo dueño, futuro aparejador también, dice que piensa estudiar arquitectura, por lo que al final esta mesa acabará en manos de un arquitecto como el que me la dio a mí.
Me asombro de lo que se puede llegar a querer a una mesa y eso que nunca llegamos a intimar xD
Bueno eso, que mañana en Asturies!
El viernes hacemos la entrega de poderes a los futuros inquilinos y dejaremos de tener piso en la ciudad del cochinillo. Tres años, tres pisos. Desde el duplex de la calle Santo Domingo de Silos, a éste y por último el triplex de este año.
Lo peor de las mudanzas es la pereza extrema que da guardarlo todo. Y más aún cuando te asombras de que lo que vino en un viaje del coche te lleva ahora lo menos dos para poder llevarlo de vuelta a casa. Tengo para montar un zoco en la parcela. Desde una estantería Billy del Ikea, a una lámpara de lava que pide tierra...
Pero este año uno de mis enseres favoritos va a causar baja: la MESA. Con mayúsculas, porque esta mesa tiene kilómetros ya. Me la regaló una compañera de mi padre cuando tenía 17 años por si algún día me veía estudiando algo de esto; y así fue.
Cuántos kilómetros tiene la jodida. Ya vivió en madrid en dos sitios distintos y ahora en Segovia en otros tres. Pero ya no seguiremos juntos. Tras sopesar su futuro, (le esperaba una estancia indefinida en un trastero), decidí cederla a un nuevo dueño.
Dentro de un rato viene un chaval de La Losa a recogerla. Ya la veo que me mira así con esos ojillos de perro a punto de ser abandonado, pero la estoy convenciendo que es mejor para ella, que le espera una nueva vida.
Además su nuevo dueño, futuro aparejador también, dice que piensa estudiar arquitectura, por lo que al final esta mesa acabará en manos de un arquitecto como el que me la dio a mí.
Me asombro de lo que se puede llegar a querer a una mesa y eso que nunca llegamos a intimar xD
Bueno eso, que mañana en Asturies!