De un tiempo a esta parte quien más quien menos conoce a alguien que decide emplear parte de su tiempo libre al nombre arte de la pesca. Bueno, noble hasta que empiezan a pescar en el muelle mientras pasan barcos, lanzando el sedal con el anzuelo rondando algún lóbulo de paseante despistado, etc.
El problema es que la cosa se está yendo de las manos. Veamos el siguiente video de una familia de turistas que se dedican a la pesca de muil en cerca de Luarca:
La naturaleza da estos sustos. Gracias al museo del calamar de la villa y debido al aroma que deben de emitir sus emisarios, se ve de cuando en cuando algún escualo de estos que te alegran la manaña. Ale, ahora que si lo pescan y lo llevan con los calamares a vender al chigre seguro que salen a hombros.
Naturaleza uno, aficiones raras cero.