En los últimos años ha habido una serie de cambios en la iglesia que han calado en el subconsciente popular con efectos devastadores. Ya en tiempos de Juan Pablo 2, Benni que era prefecto de la doctrina de la fe, estuvo metiendo fichas para que desapareciera el limbo. Miriadas de pequeños neonatos sin bautizo, se veían abocados a yacer en una sala de espera mientras los de inmigración del cielo revisaban su caso, para ver si les admitían o no. En realidad los trámites y revisiones de dcondena se hacen, cómo no, eternos sin existir una salida de esta infinita espera.
Esta jugada burocrática celestial llevaba en vigor desde el año 418 tras el concilio de Cartago, pero ha tenido que ser el papa de la Joy Division el que decidiera remarcar que la existencia del limbo, no deja de ser una leyenda sin motivos suficientes como para ser cierta y por ello, en los años 90, éste tuvo la idea loca de reubicarlos.
A partir de ahora, los niños sin bautizo serán enviados directamente al paraíso gracias a "la infinta misericordia de Dios".
Está muy claro que Benedicto no conoce la panera de Cuevas, Aller (Spain). Y si la conoce, es o bien el anticristo o un es un hijo de puta de categoría.
El noble castillo-panera de Dante |
He pasado hoy por delante con el coche de vuelta de mis connivencias semanales y mientras escuchaba radio María en AM ha aparecido en las ondas una psicofonía que haría estremecerse de lujuria al obispo de Filadelfia. Ciéntos, ¡miles! de niños gritando tras esos muros...
Por eso y por más, papa negro, por favor.
Amén.
2 comentarios:
Hello. And Bye.
Gran aporte, si señor.
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